Al ser un hotel pequeño es muy bueno para quienes nos gusta la tranquilidad (la mayor parte del tiempo se siente que está casi solo la familia de uno). El parqueo es muy accesible y da seguridad (al cerrar el portón por las noches).
En cuanto a las habitaciones son de buen tamaño, camas cómodas (aunque el forro del colchón suena mas de la cuenta) y en general con un nivel de limpieza aceptable (cada 2 noches realizan la limpieza). La ducha se ve un poco más desgastada respecto al resto de la habitación.
El aire acondicionado es apenas aceptable, pero para los que les gusta sentirse como en un "congelador", no creo que logren su objetivo (ya que son A/C antiguos).
La piscina es su atractivo principal, bastante limpia y de un tamaño aceptable. Además, que al estar en una zona con bosque alrededor, hay sombra en ciertos momentos del día.
El área común de cocina, la vimos bastante limpia y ordenada. Aunque por el tema de la pandemia casi no la utilizamos. (se podrían asignar turnos por habitación, para cada uno tener su espacio).
La atención de la recepcionista, fue bastante amena y servicial y con buena comunicación con el huésped.
En conclusión, si buscan tranquilidad y un espacio un poco más alejado del pueblo (pero super cerca de las mejores playas: Penca y Prieta), lo recomendamos y volveríamos a visitar.