Aunque la habitación no tenía terraza y no era muy amplia, estaba bastante limpia, el baño olía a recién desinfectado casi, y el servicio era estupendo: toallas para ir a la playa o para la piscina, un futbolín chulísimo en la zona común, un gimnasio pequeñito, ordenadores para imprimir la tarjeta de embarque, toda la información sobre las actividades de la zona... Muy amables además.
El único aspecto no tan positivo sería que ponía que había desayuno pero fue sólo el primer día, durante la charla explicativa de las actividades.