El edificio es bonito y la recepcionoista, amable. La habitación olía mal, muy mal... a cañerías y el baño aún peor.
Desde muy temprano ruido de desagües y de grifos, lo que dificulta el desacanso.
Detalles que no son propios de un cuatro estrellas: el rollo de papel higiénico está puesto encima de la cisterna, sin portarrollos, no hau toalla de bidé, en su lugar estaba la alfombrilla, toallas gastadas, no había botecitos de gel/champú, en su lugar un dispensador grande en la ducha.
Creo que le sobra alguna estrella.