Altamente recomendable. Próximo puntos de interés para ir caminando.
El edificio es una joya, con
elementos arquitectónicos tradicionales bien conservados.
En planta baja conectada por una terraza. Habitación básica pero con encanto y confortable.
Baño amplio, tv, mininevera, aire acondicionado, ventilador y cama cómoda. Muy limpia y silenciosa (se agradece el descansar).
Los administradores Iomary y Reimond son excepcionales.
Reservamos las 2 primeras noches, por la experiencia repetimos para los últimos días en La Habana.
Aparte del trato, nos facilitaron aspectos que nos resultan muy útiles en los viajes. Y más en destinos con cierta complejidad cómo Cuba.
Tras reservar desde España, enviaron un mail con indicaciones sobre el cambio, la opción de enviar un coche, etc.
Llegamos de noche al alojamiento, la acogida de Iomari genial, además de eficiente y profesional.
El desayuno es completo y variado: zumo natural, fruta de temporada, café, pan, queso, jamón, tortilla.
El otro administrador Raimond, es agradable y culto, conoce bien la historia y cómo moverse.
Su predisposición para ayudar nos facilitó mucho la fluidez con gestiones necesarias, desde el cambio, transporte, visitas culturales... y hasta acertó con la recomendación a mi marido para disfrutar de la música.
Realmente es una maravilla viajar y tener una experiencia así con el alojamiento. Son una parte positiva de nuestra estancia en Cuba.