La estancia fue muy agradable, en la habitación estilo colonial, sencilla pero amplia y cómoda. El hotel es rústico, construido en su mayor parte de madera y parece integrado en la jungla.. pudimos ver a la familia de perezosos que viven en los árboles que envuelven el hotel, y a un paso del centro de la población y al pie del río.
El personal fue muy amable, tomamos dos excursiones que fueron una maravilla..muchas gracias a a los guías y al personal en general, en especial recuerdos a Víctor. Para la mejora de la categoría del hotel, sí aconsejaría una revisión de mantenimiento, para las juntas de silicona en baños por ejemplo, la instalación solar, y en la construcción más grande aumentar la madera para continuar el estilo de la selva. Sugeriría un secador, dos toallas por persona, pero son comodidades que pueden no echarse de menos.
La comida y el desayuno en el hotel, al modo amazónico, humildes pero sabrosos y sanos.